“¡Ha muerto…!
Está enterrado bajo tierra”… Me dijeron…
No contenta con ello, fui y escarbé con mis uñas en la tierra…
No contenta con ello, fui y escarbé con mis garras
hasta llegar a ver lo que había tras de esas capas de tierra…
de esas capas de lodo y oscuridad…
No contenta con ello… fui
y (des)enterré con mis garras…
--ya no me quedaban uñas ni dedos— el cadáver del muerto…
No contenta con ello… fui
y (des)enterré con mis muñones
el cadáver y me abracé a él…
pero sólo eran… huesos y gusanos…
No contenta con ello… fui
y (des)enterré el cadáver de aquello,
que hace muchos años murió y nunca resucitó…
No contenta con ello… fui
y enterré junto al cadáver del muerto
mis (des)ilusiones y mis (des)esperanzas…
No contenta con ello… fui
enterré, por fin, el cadáver del muerto…
Y X fin… pude mirar el cielo y pude gritar…
¡¡¡ESTOY VIVA!!! A pesar de todo…
Y como todo poema, tiene su correlato musical, ahí va: