Versión posmoderna de "La SOLicienta"

Érase una vez, una mujer denominada por su entorno cercano, SOLicienta, pues uno de sus rasgos esenciales era ser una suerte de híbrido; tenía algo de luz y de sombra, de la noche y del día; de riqueza y pobreza, a la vez; sí mis queridos lectores, era un taaanto bi-polar.

Lo que hoy me interesa relatarles es lo que le sucedió hace unas horas, unos días, un par de semanas o ¿un par de años?; ya lo des-cubrirán ustedes mismos. No se trata de un relato de color rosa ni tampoco empalagoso; no señores, es un relato de la vida cotidiana, sin doncellas (¿quedará todavía alguna en el mundo bloger?) Ni príncipes, pues gira en torno a héroes ¿o anti-héroes? de carne y hueso; lo cierto es que a esta altura de la vida, más carne que huesos.

Supongamos que SOLicienta estaba invitada una noche de sábado a una celebración. Supongamos, que era algo así como una fiesta de ex-compañeros de carrera y/o despedida de algun@ de ell@s que se marcha al extranjero... No era una fiesta en un palacio ni nada por el estilo, sólo una juntura en algún pub de moda del Valle del Paraíso. Supongamos, que SOLicienta iba sin expectativa alguna, porque ya no tiene muchas a esta altura de su existencia... Tal vez, sólo pensaba, mover el esqueleto -ya dijimos que más carne que huesos- al son de algún ritmo de moda. Y echar la talla con algunos de sus ex-compañer@s de curso...

Supongamos que se sintió feliz y contenta de ver a personas que no veía hace casi 10 años... En realidad lo que la hizo más felizzz, fue constatar que la diferencia de edad -cinco años mayor que tiene con la mayoría de ell@s- casi pasaba desapercibida, pues los jovencitos y jovencitas de la película todos están más viej@s: guatones, gord@s, canos@s; pero como SOLicienta hizo pacto con el Maligno a ella casi ni se le notan los años, dolores y (des)amores vividos... En fin, eso hizo que tras dos pisco sauer se lanzara a la pista de baile al son de ritmos ochenteros y bailara sin parar...

Hasta que se cansó y se fue a la barra a beber sin parar... agua mineral sin gas para calmar su sed. Mientras miraba... cómo se deshacía el hielo en su vaso... Nunca imaginó lo que vendría después...

Estimados y pacientes lectores, si ustedes esperan un final onda Floribella, ¡por favor! NO siga leyendo, no pierda su tiempo y váyase al blog de Walt Disney o alguno similar!!!

NO sucedió nada del otro mundo, en realidad, para SOLicienta sí... Obviamente NO conoció a su príncipe azul ni ninguna tontería por estilo, porque esas cosas solo las cree gente como la Lady Di...

SOLicienta re-conoció a un ex-compañero, quien le susurró cosas bellas al oído... que ELLA nunca jamás en el mundo_mundial, pensó que ÉL, precisamente ÉL le confesaría...
No por nada, pero hace 10 años... eran como el agua y el aceite; SOlicienta era la ñoña del curso (ñoña, pero NO weona); y él era uno de los donjuanes del grupo, siendo fiel a sus genes árabes; -eso tampoco era algo taaan exótico, pues en ese curso la mayoría eran bien promiscu@s-.

Supongamos que le dijo que siempre la admiró, no sólo por su inteligencia, sino que también, por otras cualidades como sus ojos, sus carnosos labios, etc, etc, etc. SOLicienta, que veía a su ex-compañero bajo los efectos de algún ron cubano; pensaba que se trataba de una broma... Hasta que ÉL le dijo, que era cierto que ELLA estaba dentro de sus "top five"... ELLA poco acostumbrada a estos galanteos, no salía de su asombro, no sabía si reír a carcajadas, o llorar a gritos de emoción... cantar, saltar o bailar encima de una mesa...

Y cuando estaba en este estado de shock, así como K.O., sintió las campanadas, ya eran como las 3 de la mañana y vio a su amiga medio ebria, quien le hacía señas, pues ya era hora de emprender la retirada, pues en unos segundos se terminaría el hechizo, y volvería a ser la de siempre... Obviamente no dejó ningún zapato ni cosa similar en el salón para ubicarse luego... Pues como adultos posmodernos, se intercambiaron en un pis-pas los teléfonos de celular y sus respectivos emails.

Luego en una micro; sí en una micro destartalada, porque las calabazas convertidas en carrozas no existen... SOLicienta pensaba... ¿por qué no haberle dado las gracias más efusivamente por taaan bellas y hermosas palabras? que NO solo le alegraron la noche, si no que el día, el fin de semana, el mes, el año, ¿o el siglo?...

Dedicado a ÉL, por hacerme sentir infinitamente felizzz (y hacerme olvidar aunque sea por un par de horas algunas penas)
N.del traductor: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, jajaja!!!

Ah! Esta es la última vez que cuento esta historia, y para recordar una melodía ochentera!